viernes, 21 de septiembre de 2012

Una nueva excusa


Volvía a casa, cuando me encontré con una antigua amiga, son esas personas con las Una tuvo mucho trato en un momento de su vida, pero cuando algunas mujeres se casan, se van alejando de las solteras, creo que estamos mal vistas en algún grupo social, la cuestión es que me empieza a realizar el cuestionario de rigor, si me case, si estoy en pareja, siiii..... hasta que llegó mi turno y es de lindo cuando llega el turno de Una, ya que puedo hacer esas preguntas que la otra insinuó pero dejo en el tintero, así que le pregunte y vos, ¿como va tu vida?, ahí me soltó todo de una vez, que estaba saliendo con un caballero separado, con hijos, un divino total, un ser maravilloso, un...., que bueno fue mi comentario, ahora son una gran familia, con los tuyos, y los de Él,  en ese instante su expresión que era total felicidad y dicha, se volvió algo sombría, así que, como quien no quiere la cosa, le pregunté, ¿que las familias no se llevan bien?.

Nada de eso, cuando empiezo a  escuchar su relato, me cuenta que Él está en un proceso de purificación, de volver a encontrarse con su origen, por ese motivo no se ven tan seguido como quisieran, ya que Él se encuentra en una etapa donde quiere resolver algunos problemas internos, les juro que estuve a un paso de largar una gran carcajada, pero me contuve, Ella seguía hablando de Él y su proceso, mientras la escuchaba me decía que hago la detengo y le digo ¡Querida es un verso!!!!!, Él quiere a alguien con quien tener sexo y nada más, no quiere con vos armar la familia Ingalls, todavía no te diste cuenta!!!! o seguir escuchando, su relato como hice.

Cuando termino de contarme su historia de amor, la mire con una leve sonrisa en el rostro, le dije cuánto me alegra que encontraras un ser tan especial, ahora te dejo, se me hace tarde, tengo que salir con las chicas, algo que no perdió la oportunidad de criticar por mi vida sin responsabilidades  para Ella y aunque me faltó esto, cerré mi boca y le dije hasta pronto.

Mientras hacía las pocas cuadras que me faltaban para llegar a casa, me decía para mí, este nuevo verso nunca lo había escuchado y como puede ser que Ella le crea, porque en esto de escuchar excusas y de dar excusas, porque Una también las da, no se crean que Una es un ser que jamás da una excusa, algo creo que aprendí, por lo visto me faltaba aprender una nueva excusa, la cual voy a  agregar a la lista de versos olímpicos y nunca se sabe por ahí en algún momento me resulte de utilidad.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa - Escritora

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com


martes, 18 de septiembre de 2012

Te amo, no lo olvides


Cuando desperté por la mañana no estabas, ya te habías ido, había una nota que decía “Te amo, no lo olvides”, tu perfume seguía en la almohada, la cual abrase y me quedé un rato más, hasta que llegó la hora de levantarme, en la mesa del comedor junto a la taza de café otra nota que decía “TE AMO, no lo olvides” como desde hace diez años cuando nos conocimos en ese evento de caridad, y nos presentaron, me sentí tan atraída hacia vos que no supe que hacer y vos todo un caballero, me tomaste la mano con firmeza, que creo que me puse colorada aunque vos lo niegues, sigo guardando tus notas, esas que son el testimonio de nuestro amor, que es entre vos y yo, entre las paredes de nuestro mundo, el que construimos después de tus insistencias y mis negativas, cuando las guardo, las vuelvo a leer una a una, es más me gusta ponerles la fecha para saber cuando las escribiste, cada una guarda un momento unico de nuestro amor, creo que ahí fue cuando te empezo a gustar escribirlas para mí, como las flores que llegan sin falta los viernes a las siete de la tarde, siempre con la misma nota “Te amo y nunca voy a dejar de hacerlo, cuando deje de amarte será porque esté muerto y aún así me niego a no amarte”, miro tus cartas y recuerdo cada momento juntos, como fue nuestra primera vez y lo que me dijiste
- no quiero solo una noche de sexo, quiero muchas noches de amor, se que no te puedo dar todo lo que una mujer como vos espera, se que si aceptas, sólo podremos estar juntos a solas...  nadie podrá saber de nuestro amor, pero....te amo y no quiero que lo olvides,... se que sos vos la que pierde más en esto, que lo que yo pierdo, y podes decirme que no ya mismo,  si algo no quiero es lastimarte, puedo irme ahora, antes de que nuestras vidas tomen un camino sin regreso y donde no podremos mirar hacia atrás -,
se que te mire a los ojos y te ame, y te amo como todas las noches y los días que pasamos juntos, en nuestro mundo, el que construimos a base de cartas de amor, de caricias, de gestos y estar juntos a nuestro modo.

Guardé mis pequeñas cartas, porque ya no son tuyas ahora son mías en una caja de madera con cerradura y me fui a trabajar, como siempre el estudio fue una locura todo el día, me sorprendió que no llamaras, pero, por ahí tu día había sido una locura también, llegué a casa prepare algo de cenar, revise el teléfono de casa y nada, eso me resultaba extraño, pero me dije Giuliana no pienses nada malo, seguro tuvo algún problema, mañana llama, y así llegó el nuevo día y la ansiedad se apoderó de mí, tenía que saber que pasaba, tenía que llamarte  a la oficina, la excusa que teníamos para vernos en lugares públicos, era decir que mi estudio de fotografía les brindaba servicios a ustedes, así que llamé, me atendió tu secretaria y cuando pregunte por vos,
Ella me dijo - lamento ser yo quien le de está noticia, pero el Señor Luciano murió ayer de un infarto, cuando llegó a la oficina, estaba tan contento...... -
se que Ella hablaba, pero yo ya no escuchaba, sentía que el cuerpo me abandonaba, que el aire me faltaba y .....que no podía entender que me estaba diciendo tu secretaria a través del teléfono,
hasta que le dije - ¿como, que está muerto,? pero.....-;
Ella, repitió más serena todo nuevamente, - Él llegó tan contento ayer, me pidió un café y cuando se lo lleve estaba en el piso muerto, por lo menos no sufrió, ¿Usted necesita algo de la oficina? -
se que como pude le dije - sólo quería hacerle una consulta nada importante -,
le pregunté te velaban, así que Ella  me dió todas las indicaciones, las anoté como pude, casi no podía ver, tenía los ojos llenos de lágrimas y en eso entró Roberto, que me pregunto enseguida que me pasaba, me abrazó para contener mi dolor, ese dolor que me invadía el corazón, el alma, el cuerpo y no se que más, como siempre Roberto era algo más que un socio, es ese amigo incondicional que siempre está al lado mio y no importa como, pero Él siempre está para rescatarme, me miró y sin que yo le pidiera nada, ,
me dijo - Yo te acompaño, lavate la cara, maquillate, Yo soy el que voy a hablar, algo se me va a ocurrir -
y así fue, puse una máscara en mí rostro, Roberto nos presentó, se que algo dijo, pero Yo estaba más ocupada en mantener la poca compostura que me quedaba, ahí estabas y Yo quería gritar - TE AMO y no se que voy a hacer sin vos -  creo que Roberto supo que algo haría y me tomó tan fuerte del brazo que  me causó dolor, eso me trajo de vuelta, nos quedamos lo suficiente, para que pudiera verte por última vez y nos fuimos.

Me fui y te deje y deje una parte de mí....junto a vos, algo que jamás iba a recuperar, llegue a casa, se que me acosté, cuando desperté habían pasado dos días...  Roberto, estaba en el living hablando por teléfono, me miró y sonrió,
le dije - decime que fue un sueño, un mal sueño -
Roberto - cuanto quisiera decirte que nos fumamos unos porros y tuviste un viaje alucinante, que me tuve que quedar a acompañarte, porque no sabía si encontrarías el camino a casa, pero... la verdad es que no, nos fumamos un porro y si todo fue real, Luciano murió, pero antes de que vuelvas a llorar y se que lo vas a hacer tantas veces, que vas a pensar de donde saco tantas lágrimas, sólo recordá esto, lo que te dijo su secretaria, “Él estaba feliz”  cuando llegó a la oficina, había estado con vos esa noche, se habían amado como hace diez años que lo hacían no era un amor sólo físico, su amor estaba unido al deseo, a la pasión, al intelecto, al alma, iba más allá de una relación, así que cuando vuelvas a llorar, recordá que “Él estaba feliz” y vos le habías dado esa felicidad. -

Se que me senté junto a Roberto y me puse a llorar, creo que así pasé varios días y Roberto se quedaba en el living de casa, para no dejarme sola, me desperté con la sensación de que había oído tu vos que me decía “Te Amo, no lo olvides”; cuando abrí los ojos, no....no estabas, me levante me dí una ducha, abrí el placard, tomé una bolsa y comencé a guardar tu ropa en ella, Roberto que dormía en el living, se levantó, me miró, no dijo nada y me ayudo a guardar la ropa, lo mire, y le dije - tenemos trabajo que hacer, antes pasemos por la iglesia que dejo la ropa -, retomé una parte de mi vida, la otra parte, se había ido con vos y no se cuando va a volver a mí lado, cuando volvimos a casa, Roberto decidió quedarse unos días más, decía que el sillón era más cómodo que su cama, tomé la caja de madera donde guardaba mis cartas, tus cartas, se las mostré a  Roberto, nadie las había visto hasta ese momento, le conté la historia de cada de esas pequeñas cartas, Él me miraba con atención, en silencio, reíamos por algunas de las anécdotas y en otras me daba su pañuelo porque no podía parar de llorar, cuando termine le dije
- vení, acompañame -
salimos al jardín de casa, tomé la caja de fósforo y cuando estaba por encender uno, Roberto tomó mi mano y  me dijo
- estás segura de querer quemar sus cartas, es lo único que te queda, y si después te arrepentís, se que si las tenés las vas a leer y llorar, pero también se que si no las tenés vas a llorar, así que pensalo, espera......a estar algo más tranquila -
le dije - se que voy a llorar, pero si las tengo el dolor se va hacer mas grande, y además como seguir guardando las cartas de un amor, que solo compartimos Él y Yo, donde nadie fue testigo, donde el mundo nunca supo de nuestro amor, como dejar algo que pueda poner en peligro ese secreto de amor, en donde los dos éramos los protagonistas de... un amor secreto, lo que los dos vivimos murió con Luciano, ya nada tengo, ya nada de eso voy a volver  a vivir, no puedo reclamar nada, hace diez años acepte, ser su amante, estar en la sombras, ser la querida, la otra, la que no tiene nombre y no es nombrada, acepte vivir el amor sin día fijo, sin hora fija, sin hacer reclamos, sin hacer preguntas, acepte su amor en cuotas, por ese amor que viví, nada de esto puede seguir, nada de esto existió, los recuerdos, son solo eso, recuerdos que están en mi mente, a los que nadie puede acceder sin que Yo los libere, estas cartas, pueden llegar a cualquiera y eso sería poner en peligro nuestro amor secreto, su recuerdo y no quiero eso -.

Tomé un fósforo, encendí el fuego y fui quemando cada carta, con su recuerdo, se fueron convirtiendo en ceniza, tenía la sensación de que el fuego estaba hambriento y a cada carta la devoraba con lujuria y mi dolor también era devorado por el fuego, cuando llegué a la última la leí en voz alta  “te amo, no lo olvides” .



Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa - Escritora

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com


sábado, 15 de septiembre de 2012

Diploma


El 14 de septiembre de 2012, se entregaron los diplomas a los que participamos del concurso "MICRORRELATOS DE MI BARRIO", organizado por el Sanatorio Modelo de Caseros.
Ahora nos queda esperar la publicación del libro.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa - Escritora

domingo, 9 de septiembre de 2012

En un viaje de trabajo

En un viaje de trabajo

Suelo viajar seguido por trabajo, por mi profesión de fotógrafa, este trabajo era de sos que me mantendrían varios fuera de casa, debía fotografiar lugares, modelos, era algo que no podía hacer en dos o tres días.

Siempre cuando llego desempaco la valija, acomodo todo en el apart donde me hospedo y salgo a explorar la ciudad, ver donde puedo hacer algunas tomas, buscar comercios donde pueda comprar algo para prepararme una cena por la noche a última hora cuando estoy trabajando en la habitación, después de haber caminado por la ciudad, decidí volver al apart, tenía que hablar con el cliente y convenir la hora de trabajo para empezar al día siguiente, me quedaba por delante una buena ducha caliente, preparar las cámaras y descansar.

Al llegar al vestíbulo, me encontré con un caballero alto, de cabello oscuro, piel blanca, ojos color miel, sonrisa agradable,  muy bien vestido, cambiamos miradas, nos entregaron la llave y nos dirigimos al ascensor, mi departamento estaba en el séptimo piso, con una vista increíble de la ciudad, para aquellos que vivimos en casa, siempre es bello ver la ciudad desde las alturas, Él también estaba alojado en el mismo piso, todo un caballero me abrió la puerta del ascensor y nos dirigimos cada uno a nuestros departamentos que estaban separados por otro de por medio, para mis adentros me decía “no lo olvides, viniste a trabajar y es una semana larga”.

Amanecí  a las 5 de mañana, la ciudad estaba en silencio, solo iluminada por las luces de la calle, me preparé un café, antes de que pasaran a buscarme,  la jornada de trabajo fue por demás larga, cuando llegue eran casi las 9 de la noche sólo pensaba en cenar algo,  darme una ducha caliente, revisar parte del material y dormir; mientras pido la llave, llega mi vecino de piso con un paquete con comida, le pregunté donde la había comprado ya que era tarde, me explico como llegar, decidí subir a dejar  el equipo de trabajo, nuevamente compartimos el ascensor, nos miramos y Él me dice -mi nombre es Roberto-, -Raffaella le respondí- intercambiamos algunas palabras, los dos estábamos por trabajo y teníamos al menos Yo una larga semana por delante, cuando me disponía a salir, para comprar la cena, golpean la puerta del departamento, era Roberto y me dice -compré suficiente comida para dos, es tarde para que salgas, porque no cenamos juntos, total los dos estamos solos-.

Lo miré a los ojos que eran un océano de miel, su mirada era serena y podía perderme en ellos, no lo pensé le dije que si, le pedí que me diera unos minutos para cambiarme, así fue, no me pregunte nada, no me cuestione que estaba haciendo, Él era un perfecto desconocido y Yo estaba sola en una ciudad lejos de casa, pero algo en mi, me decía que no debía dejar pasar ese momento, siempre llevo ropa extra por las dudas a veces me invitan a un evento y me gusta estar arreglada.

Tomé una botella de vino del frigobar, la mesa estaba lista, nada mal para una cena entre dos perfectos desconocidos y extranjeros en una ciudad con tanto movimiento de gente que puede  ser tan dura como Buenos Aires, hablamos de muchas cosas y de nada, nos reíamos juntos, en nuestra conversación nada indicaba como eran nuestras vidas personales ¿para que, hacer preguntas? si todo duraría un día, una noche, quién podía saber, que nos deparará el destino, solo con saber nuestros nombres alcanzaba y Él podría no llamarse Roberto y Yo podría no llamarme Raffaella, continuamos nuestra charla sobre la ciudad, los viajes en el sillón de la sala, con la copa de vino de por medio, solo eso nos separaba, hasta que se hizo la hora de ir a mi habitación; nos miramos y antes de abrir la puerta me tomó entre sus brazos, envolviendo mi cuerpo, me sentí segura, a salvo, nos besamos, de una manera en la que al menos yo hacía tiempo no sentía, no volví a mi habitación pasé la noche junto a Él, en sus brazos, cubierta por sus besos, desnuda de mis pensamientos, era la hora debía irme, creí que Él dormía intente levantarme con mucho cuidado no quería despertarlo,  Él me tomó de la mano y me dijo -está noche porque no salimos a cenar-, lo mire y volví a perderme en sus ojos, le dije a las 9,30 y me fui.

Paso el día de trabajo, volví al apart me arregle, espere la hora y ahí llamó a la puerta, fuimos a un pequeño restaurante, con poca gente ideal, el tiempo no existía, los temas de nuestras charlas eran tan variados como las noches que pasamos juntos, su departamento era el puerto, donde anclamos cada noche nuestra pasión, vestidos sólo por los besos que recorren nuestra piel y nuestras manos que acarician nuestras almas, cada noche era la primera y era la última, ya no importaba cuántas noches habían pasado, cuántas faltaban aunque el final estuviera cerca, habíamos decidido no hablar del tema, ¿para que?,  si luego cada uno seguiría su propio destino y con eso ya era suficiente, al menos para mí.

Cuando me levanté, como siempre Él estaba despierto  me miró con sus ojos color de miel, y le dije que era mi último día de trabajo, mañana a las 14 horas sale mi vuelo, su rostro se apagó por un instante, enseguida me dijo -entonces vamos a hacer algo especial está noche, Yo me ocupo-; todo el día fue una locura de trabajo, no me dio tiempo a pensar, que era mi último día en la ciudad y de mi, junto a Él, mientras esperaba que tocara a la puerta, a la misma hora, acomodaba mi valija, mis cámaras, Roberto golpeó a la puerta, por primera vez, por última vez, mi departamento sería el destino, entre las cosas que trajo para pasar nuestra última noche juntos, fueron dos botellas de espumante y dos copas, chocolates, la cena quedo servida sobre la mesa,  pasamos la noche gozando el uno del otro, mientras la luna se colaba por la ventana iluminando nuestros cuerpos, que ya tenían una luz especial cuando se unían en la pasión.

El sol entró por la ventana y nosotros estábamos enredados en nuestros besos, pasamos la mañana juntos, hasta que llegó el momento de la partida, la puerta del ascensor del séptimo piso fue el testigo de nuestra despedida, siempre digo  que no debo mirar atrás y eso fue lo que hice, no miré hacia atrás, no volví a pedirle su teléfono, no le pregunte sobre su vida, no le tomé una foto, subí al avión, cuando desempaque la valija ahí estaba la copa que había sido testigo de nuestra noche, la primera, la última, la conservo en una caja especial, cuando la veo, recuerdo esa semana en donde dos extraños nunca se juraron amor eterno, pero vivieron dentro de los límites del amor.

*Cuento publicado en el libro "POESÍA Y NARRATIVA Antologìa - Volumen I", Tres de Febrero.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa - Escritora

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com




miércoles, 5 de septiembre de 2012

Ella era la playa, Él era el mar

Se tomó unos días de vacaciones en la costa, necesitaba alejarse de todo, mientras caminaba por la orilla del mar, las olas golpeaban la escollera con tanta fuerza que el mar se levantaba sobre ellas,  el  viento frío golpeaba en su cara, se detubo un momento para  escribir su nombre en la  arena I S A B E L L A  le tomó una foto y comenzó a reírse, tan fuerte que los perros que le ladraban al mar se callaron por un instante, se quedó mirando a los perros como subían a la escollera y como si supieran en que momento el mar los mojaría ellos volvían a la costa, hasta que terminaban su ritual y partían rumbo a algún lugar entre la costa y el mar para seguir con otro ritual, se sentó en la escollera viendo la danza del mar y la playa, como el mar la abordaba, la penetraba y se volvía al mar, era un baile acompasado y frenético, suave y agresivo, todo pasaba en una cuestión de segundos, era tan efímero como para el mar y la playa, como la vida y la muerte, el amor y el desamor.




Cuando volvió al hotel desde su habitación podía ver el mar y su danza, decidió cambiarse y salir a tomar algo, encontró un bar en el Centro, se pidió un café y se quedó mirando por la ventana, se puso a pensar sobre su vida en la ciudad y se pregunto si todo lo que hasta ahora había realizado tenía sentido,  se había separado hace un par de años, no tenía hijos ¿porque?, esas cosas que se van postergando por la profesión, la vida, la pareja y después la pareja se fue desintegrando, tomó un cuaderno de su cartera y anotó en una hoja todo lo que tenía de positivo su vida en la ciudad, en la otra todo lo que tenía de negativo su vida en la ciudad, al finalizar había un empate entre las dos listas, hizo un signo de interrogación, pagó el café y volvió al hotel, ese balance, todavía seguía rondando su cabeza, se quedó levantada viendo por la ventana de su habitación el mar, había luna llena, así que podía ver la danza entre el mar y la playa eso la conmovió a tal punto, que decidió que era el momento de hacer un cambió, se acostó con una idea y se quedó dormida. cuando despertó, se dió una ducha y salió a buscar esa idea, ¡¡una nueva casa!!, en lo posible frente al mar, camino todo el dia, cuando ya creía que su idea sería imposible de conseguir, ahí estaba una vieja casa sobre la avenida frente al mar, encontró a los dueños, se puso a hablar con ellos, le mostraron la casa, necesitaba algunos arreglos, conversaron el precio,  y le pidieron un par de días para pensarlo.

Estaba segura que todo saldría como lo esperaba,  después de unos recibió una llamada de los dueños de la casa, querían hablar con Ella, se dirigió a la casa, estaba nerviosa, así que antes de tocar a la puerta; respiró profundo varias veces... y ahí tomó coraje,  la recibieron en el living de la casa, terminaron de hablar de algunos detalles de la venta, ya todo estaba arreglado, la casa era suya, ahora quedaba resolver todo en la ciudad, eso le llevaría algo más de tiempo y no sería tan fácil como el comprar la casa, antes de irse dejo una persona para que hiciera los arreglos, que necesitaba la casa, quedó en volver el fin de semana.

De regreso en Buenos Aires, comenzó a embalar las cosas de su departamento aquellas que se llevaría para instalarse en la costa, el resto lo dejaría para cuando volviera a la ciudad a visitar a su familia, era el momento de encontrarse con su socia en la agencia de publicidad, cuando le planteó su nueva forma de vida, la miró con cara como si estuviera loca, después de muchas palabras bajas y palabras altas, llegaron a un acuerdo, su socia le compraría su parte de la agencia, con un abrazo, dieron por finalizado el trato, habló con su familia, la miraron y le dijeron - bien!!!! -, todos colaboraron con el traslado de sus cosas, por un tiempo estaría yendo y viniendo  hasta que terminara  con los arreglos de su trabajo.

Ya instalada en la costa, era el momento de decidir que hacer, tan simple y tan complicado, quería algo que no le demandará tanto tiempo como cuando trabajaba en la agencia, así que mientras pensaba en que hacer laboralmente,  salía a caminar por la playa, recorría el centro, tomaba la ruta conocía  otros lugares cercanos, se quedaba a pasar el día, en uno de esos viajes cuando volvió alguien la esperaba en la puerta de la casa, antes que Ella, le dijera algo, Él le dijo  - mi nombre es Miguel, trabajo en la FM DEL MAR, quisiera hablar con vos unos minutos, puede ser ahora o en otro momento -, si bien Isabella desconfio al principio, en eso pasó un vecino y saludó a Miguel, eso le dio seguridad lo hizo pasar, a una sala que estaba al entrar en la casa,  que Ella había organizado como un recibidor, además quedaba independiente del resto de la casa y eso le daba privacidad, llegado el caso.

Sirvió un café y comenzaron a charlar, la propuesta de Miguel consistía en que Isabella se encargara de la publicidad de la radio, los dueños de la casa le habían contado que Ella trabajaba en una agencia de publicidad, por eso Él fue a verla, en un momento Miguel le dijo - se que nuestra propuesta es pequeña en comparación con lo que hacías en la ciudad, y claro el dinero no es lo mismo, pero necesitamos ayuda, de lo contrario no se cuanto tiempo la radio va a seguir adelante -, Isabella lo miró y le dijo - me gusta la propuesta, puedo trabajar en casa y hoy el dinero no es algo que me preocupe, mañana voy a la emisora, me mostras todo lo que tenes  y diseñamos una campaña -, esa noche se quedó escuchando la radio, algunas ideas cruzaron por su cabeza, tomó un cuaderno las anoto y se fue a dormir; al otro día fue a la emisora, Miguel la esperaba con un café, revisaron las ideas de uno y de otro, trabajaron todo el día, volvió a su casa, diseñó una campaña, y luego Miguel pasó por la casa de Isabella, escuchó atentamente la propuesta, le gustó, desde ese momento comenzaron a trabajar juntos.

Después de seis meses de trabajo la radio estaba viendo los resultados y le daba un respiro para seguir adelante, para celebrar Miguel la invitó a cenar, Isabella acepto, pasaron la noche hablando de sus vidas, Miguel se había venido de Buenos Aires cuando tenía unos veinte años por un trabajo de verano, cuando terminaba la temporada le ofrecieron trabajar en otra  radio pasando música y como no tenía otro trabajo en Buenos Aires, aceptó, así fue como empezó en la radio, y como se quedo en la costa, tuvo su propio programa de música, hasta ahora que es uno de los dueños de la emisora, es divorciado, tiene dos hijos adolescentes, con los que pasa mucho tiempo, Isabella le contó su historia, se rieron.. después de todo eran dos solitarios que la vida y el trabajo, los había arrinconado, esa noche fue la primera de varias cenas que empezaron a compartir juntos, el trabajo era una buena excusa para encontrarse  dos almas solitarias.

Cada vez pasaban más tiempo juntos, primero el trabajo, después... siempre había alguna excusa para salir a cenar, ver una película o caminar por la playa juntos, no importaba, siempre tenían un tiempo para estar juntos, los sentimientos de Isabella por Miguel ya no eran los de un simple amigo, pero tenía miedo de hacer o decir algo y perder su amistad, en uno de sus viajes a Buenos Aires, le contó a su hermana lo que le pasaba con Miguel, Ella la miró y le dijo -¿que esperas para decirle lo que sentís?, ¿que vas a hacer?, seguir siendo su amiga, y nuevamente desperdiciar una oportunidad, si Él no siente los mismo, bueno seguirán siendo colegas de trabajo y vos podrás abrir tu corazón a otra persona maravillosa que seguro está ahí, no hiciste tantos cambios en tu vida, para ponerte a esperar, ¿esperar que? Isabella!!!!, no desperdicies tu vida por miedo a perder una amistad!!!! y si la perdés entonces... Él no era un amigo, es alguien.... que está a tu lado solo por tener una compañía y ya tuviste muchos años de matrimonio con alguien así -; después de unos días volvió a su casa frente al mar, seguía pensando en lo que su hermana le había dicho, fue a caminar por la playa, el día estaba nublado y a veces una leve llovizna caía, pero no le importaba tenía mucho en que pensar, en eso escucha que alguien grita su nombre cuando se da vuelta era Miguel, el corazón le latió tan fuerte que no podía respirar y se dijo es ahora o nunca, se lo tengo que decir; Miguel al verla la abrazó tan fuerte que Ella  pudo sentir el palpitar frenético de su corazón.

En ese instante Miguel le dice - tengo que hablar con vos, no me interrumpas por favor, desde que te vi por primera vez, me gustaste, jamás había sentido nada así, por otra persona, cuando estoy con vos, me siento completo, como si nada me faltara....antes tenía la sensación de que una parte de mí estaba perdida en algún lugar, y no podía encontrarla,  pero ahora se que quiero estar a tu lado, siempre!!!, busque excusas tras excusas para poder estar con vos, pero estos días que te fuiste de viaje, me sentí perdido y no quiero volver a sentirme así... lo que quiero decirte, es que..... te amo!!!! y se me partiría el corazón si vos no sintieras lo mismo por mí, pero... puedo aceptarlo y espero que podamos seguir trabajando juntos, te prometo que nunca más voy a volver a tocar el tema... te amo!!! -.
Isabella lo miró con los ojos llenos de lágrimas, jamás nadie le había dicho que con Ella se sentía completo, le tomó la mano y le dijo - yo también ¡¡¡te amo!!!!, venía dispuesta a decirte, que cuando estoy con vos, es como si la vida me sonriera, como si pudiera hacer todo, me siento segura, protegida, se que puedo ser yo, sin que quieras cambiarme, que me gustaría pasar el resto de mi vida junto a vos... que aceptaba las invitaciones porque estar cerca tuyo me hace sentir viva y si.... venía dispuesta a decirte que te amo!!!! y no me importaba si después de decirtelo te perdía para siempre, pero no podía callarme más esto que siento, es tan grande y tan profundo..... que en estos días que estuve lejos, te extrañe tanto que ya no podía seguir, en está incertidumbre, te amo!!!!! -.

Los dos se miraron a los ojos, se besaron para sellar su amor, abrazados caminaron juntos por la playa, ahí Isabella recordó esa sensacion que tuvo cuando viajo por primera vez, como el mar bailaba  a un ritmo acompasado con la playa, la abordaba, la dejaba, así fue como se sintió esa noche cuando hizo el amor con Miguel se sintió la playa, siendo abordada y dejada, se sintió en un baile de pasión y de lujuria, a veces podía ser suave, a veces podía ser agresivo, Ella era la playa, Él era el mar.


Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com




lunes, 3 de septiembre de 2012

Por el balcón


Volvía a casa ya era tarde, hacía frió ni los gatos daban vueltas por el barrio así que venía caminando por el medio de calle, en la cuadra anterior a mi casa,  veo a alguien saltar del balcón de un primer piso, y en ese momento se me paralizó el alma, solo atine a decir San Miguel protegeme, ya que se dirigía hacia mi, pero al acercarse notó que estaba en ropa interior y en eso escucho el grito de un Hombre que le dice
- veni no huyas, da la cara -,
acto seguido escuchó a una Mujer
-no mi amor no te confundas, no es nada-,
me quede dura en el medio de la calle, El Joven semidesnudo me paso por al lado  siguió corriendo con rumbo  a la avenida, en eso veo que sale Un Hombre de la casa, comienza a correr en la misma dirección, a todo esto los gritos eran muchos que a pesar del frió, hizo que Las Veredas se asomaron, y si antes creí que me iban a robar, cuando vi que El Hombre tenía un arma en la mano, ya no podía moverme del terror.
La Mujer que escuchaba gritar sale de la casa vestida con algo que parecía una bata y una campera, corriendo detrás del Joven semidesnudo y del Hombre armado, también a los gritos, pidiéndole que vuelva a casa, que se iba a enfermar, para todo esto una de Las Veredas me dice
- Querida, estás en mal lugar, alguien puede lastimarte -,
- ah si claro- conteste, así que me acerque a la puerta de la casa, La Vereda me dice
- tranquila esto no es nada nuevo, va si, el Joven semidesnudo es nuevo, siempre son nuevos después que el marido los corre con el arma -,
la miré y sin dudarlo La Vereda que todo lo sabe, me cuenta que La Mujer de la bata y campera, siempre tiene visitantes, cuando El Marido viaja, que suele ser seguido por su trabajo, también me cuenta que no es la primera vez que un Joven salta por el balcón, solo que algunas veces El Marido no sabe que cuando el entra, alguien sale.

Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa

E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com